"HIMNO DE NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS"
Tu Angustia, Señora,
el cielo me alcanza,
pues Tú eres la Madre
de nuestra Esperanza.
Llevamos en triunfo
tus santos dolores
debajo de un palio
con luces y flores.
Bendito tu llanto,
Bendito el puñal,
que abrió tal fuente
de amor maternal.
Tu Angustias, Señora
el Cielo me alcanza,
pues Tú eres la Madre
de nuestra Esperanza.
Francisco Balaguer
"A MARÍA SANTÍSIMA DE LAS ANGUSTIAS"
Mira que preciosa viene,
por la calle La Laguna
y mira que luz más clara
le viene dando la Luna.
por la calle La Laguna
y mira que luz más clara
le viene dando la Luna.
Escucha a los costaleros
que dicen todos a una
¡Vamos con ella hasta el cielo!
que como ésta, ¡ninguna!
y es que tú eres, Angustias,
el tesoro y la fortuna
paro los que quieren verte
y recibir tus dulzuras.
Tienes Tu, miles de nombres
en estas benditas tierras,
eres Reina de Paz,
y siempre, Madre de la Iglesia.
"TUS HERMANOS NAZARENOS"
Virgen Santa que de Angustias
traspasado lleva el pecho,
viendo a tu hijo delante
maltratado por el pueblo.
Si pudiera aliviarte
ese corazón maltrecho,
esa pena que te ahoga,
ese morirte por dentro,
esa angustia Madre Mía,
tus hermanos nazarenos...
Virgen que sufres llorando,
Virgen que llora en silencio,
si pudieran ayudarte
tus hermanos nazarenos...
Si pudieran Madre Mía
llenar de gozo tu pecho,
al pasearte en tu trono
por las calles de este pueblo.
Virgen Santa que de Angustias
traspasado lleva el pecho,
la pena que llevas dentro
no te la pueden quitar
tus hermanos nazarenos...
M.C.A. Gallego
"EN MI PENSAMIENTO"
Angustias niña bonita
te tengo en mi pensamiento
y muy dentro de mi alma
al recordar tu sufrimiento.
Tú estas llorando por tu Hijo
que en el Calvario está muerto
no te importan los insultos
ni la pena que le han impuesto
te importa que siendo tan bueno
por todos nosotros halla muerto.
Y Tú le acompañas en la pena
con fuerza, voluntad y firmeza
Evangelista eres de veras
y no quieres que ella
se estremezca
Rafaela Lobato
"¡PARARSE AHÍ!"
¡Pararse ahí, echad el ancla!
Que todos miren la Angustias,
mi Niña de la Esperanza,
amapola que no mustia,
rosa que no marchita,
nardo que Juan acompaña,
azucena jovencita,
clavel de mis entrañas,
Virgen que mi alma conmueve,
Madre que enamora a cualquiera
y que Cielos y Tierra mueve,
y es que cada primavera,
parece cumplir diecinueve.
David Lobato